Hace poco me llegó la historia de un developer con mucha experiencia que me hizo reflexionar. No hablaba de frameworks, ni de arquitecturas modernas. Hablaba de algo más profundo: la profesionalidad.
Este developer forma parte de un equipo que revisa pruebas técnicas de candidatos en una empresa que está creciendo a buen ritmo. Nada fuera de lo normal… hasta que le tocó analizar un code challenge que, en apariencia, era impecable.
Había mucho código, la documentación era extensa y, a primera vista, todo parecía sólido. Pero cuando intentó ejecutar el proyecto, las señales empezaron a aparecer:
- La aplicación no levantaba.
- La documentación mencionaba migraciones y scripts que no existían.
- Había sobreingeniería absurda.
- El código estaba lleno de sobreingeniería que complicaba lo básico.
Tras un rato de debugging, la conclusión era evidente: aquello no era el resultado del trabajo de alguien con fundamentos sólidos. Lo más probable es que hubiera sido generado con IA sin criterio.
El jefe de este developer resumió la situación con una frase que, sinceramente, me parece oro puro:
“No importa si la solución funciona o no, simplemente no nos gustaría trabajar con esta persona.”
La IA como espejo de lo que eres
Aquí está la lección importante: la IA no es la villana de esta historia.
La inteligencia artificial es un potenciador.
- Si tienes fundamentos sólidos, multiplica tu productividad.
- Si careces de ellos, amplifica el caos.
Es un espejo que refleja lo que ya eres como profesional.
Un developer con criterio puede usar IA para avanzar más rápido, aprender o incluso mejorar la calidad de su trabajo. Pero alguien sin bases claras solo construirá castillos en el aire, y la IA hará que esos castillos sean más grandes y más frágiles.
Profesionalidad antes que herramientas
Lo que realmente se evalúa en un proceso de selección (y en el día a día del trabajo) no es solo la calidad del código. Es cómo entiendes tu rol como profesional:
- ¿Respetas tu propio trabajo y el de los demás?
- ¿Eres honesto con tus habilidades y tus límites?
- ¿Entregas algo que otros puedan mantener y mejorar?
Un proyecto perfecto en apariencia, pero imposible de sostener, dice más del profesional que lo presenta que de la herramienta con la que fue creado.
Mi reflexión personal
Yo uso IA en mi día a día como developer. Me ayuda a salir de bloqueos, a generar ejemplos rápidos y a tener otra perspectiva cuando busco soluciones. Pero no le entrego el timón de mi trabajo.
Porque el código, al final, es un reflejo de cómo piensas. Y la IA, por más sofisticada que sea, no puede pensar por ti.
Si quieres crecer como programador —y que la IA sea una aliada real— hay tres bases que no puedes saltarte:
- Aprende y refuerza los fundamentos.
- Sé honesto con lo que entregas.
- Usa la IA para potenciar, no para esconder tus carencias.
La moraleja de esta historia es clara: la tecnología cambia, pero la profesionalidad se nota siempre.
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